Me mira fijo a los ojos, besa mis labios y sonríe.
“Baila” me dice y mueve su cuerpo al ritmo de la música que solo nosotras
escuchamos. La luna nos sonreía tímida atrás de algunas nubes esa noche, las
pocas estrellas iluminaban la calle. El viento le soplaba los cabellos que
parecían bailar también. Aún recuerdo su sombra en el piso y como parecía otra
persona bailando con ella. “Baila” me dijo y yo sonreí. Su sonrisa me
impactaba, sus ojos me hipnotizaban. Su cuerpo me invitaba a bailar con ella,
pero no, no podía perder ni siquiera un segundo de no mirarla. Sabía que su
imagen se iría para siempre en cualquier momento, entonces “no, no bailo, no sé
bailar” respondí. “Todos saben bailar” me dijo y suavemente me tomó de las
manos y me llevó al medio de la calle con ella. Bailamos, sin música, bailamos.
Relámpagos. “Y si llueve?” pregunté. “Y si llueve bailamos bajo la lluvia igual”. Y
fue lo que hicimos. Llovía, bailábamos al sonido de las gotas chocando contra
el piso húmedo. Ella tomaba mis manos, yo las suyas. “Cierra los ojos” me dijo “Siente
la música, siente la lluvia, siente el viento, apenas siente”. Y lo hice. Baile
bajo la lluvia sintiendo la música, la lluvia, el viento… Y cuando abrí los
ojos, ella se había ido, para siempre.
p.s: i´m
dancing in the rain… just dancing in the rain